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XXXIII Cuáles son los medios más eficaces y oportunos que cabe aplicar a pueblos señoreados por el Liberalismo.
Indicaremos algunos.
1.° La organización de todos los buenos católicos. Sean pocos,
sean muchos los católicos en una localidad conózcanse,
trátense, júntese. Hoy no debe haber ciudad o villa católica
sin su núcleo de gente de acción. Esto atrae a los indecisos,
da valor a los vacilantes, contrapesa la influencia del qué
dirán, hace a cada uno fuerte con la fuerza de todos. Aunque no
seáis más que una docena de corazones firmes, fundad una
Academia de Juventud católica, una Conferencia, siquiera una
Cofradía. Poneos luego en contacto con la Sociedad análoga del
pueblo vecino o de la capital; apoyaos de esta suerte en toda la
comarca, Asociaciones con Asociaciones, formando como la famosa
testuda que formaban los legionarios romanos juntando sus
escudos, y esto os hará invencibles. Así unidos, por pocos que
seáis, levantad en alto la bandera de una doctrina sana, pura,
intransigente, sin embozos ni alteración, sin pacto ni avenencia
alguna con los enemigos. Tiene la firma intransigencia su aspecto
noble, simpático y caballeresco. Es grato ver a un hombre
azotado como un peñasco por todas las alas y todos los vientos,
y que se está fijo, inmoble, sin retroceder. Buen ejemplo sobre
todo; ésta constante. Predicad con toda vuestra conducta, y
predicad en todas partes con allá. Ya veréis cómo os será
fácil, primero imponer respeto, luego admiración, después
simpatía. No os faltarán prosélitos. ¡Oh, si comprendiesen
todos los católicos sanos el brillante apostolado seglar que de
esta manera pueden ejercer en sus respectivas poblaciones! Asidos
al párroco, adheridos como la hiedra al muro parroquial, firmes
como su viejo campanario. pueden desafiar toda tempestad y hacer
rostro a toda borrasca.
2.º Los periódicos buenos. Escoged entre los periódicos buenos
el mejor y que mas se adapte a las necesidades e inteligencia de
los que os rodean. Leedlo, pero no os contentéis con eso, dadlo
a leer, explicadlo y contadlo, haced de él vuestra base de
operaciones. Haceos corresponsal de su Administración, cuidad de
hacer las suscripciones y pedidos, facilitadles a los pobres
menestrales y labriegos esta operación, la más enojosa de
todas. Dadlo a los jóvenes que empiezan sus carreras,
proponédselo por lo bello de sus formas literarias, por su
académico estilo, por su gracejo y donaire. Empezarán por
gustar de la salsa, y acabarán por comer lo que con ella viene
guisado. Así obra la impiedad, y así hemos de obrar nosotros.
Un periódico sano es de necesidad en el presente siglo. Dígase
lo que se quiera de sus defectos, nunca igualarán éstos a sus
ventajas y beneficios. Conviene, además, favorecer la
circulación de todo otro impreso de análogo carácter, el
folleto de circunstancias, el discurso notable, la enérgica
Pastoral, etc.
3.º La escuela católica. Donde el maestro oficial sea buen
católico y de confianza, apóyesele con todas las fuerzas; donde
no, procúrese hablar claro para desautorizarle. Es en este caso
la peor plaga de la localidad. Conviene que conozca todo el mundo
por diablo al que es diablo, a fin de que no se le entregue
incautamente lo principal, que es la educación. Cuando así sea,
búsquese modo de plantear escuela contra escuela, bandera contra
bandera; si hay medio, búsquese de Religiosos; si no le hay,
póngase a esta buena obra cualquier integro seglar. Dese
gratuita la escuela y a horas convenientes para todos; de
mañana, de tarde, de noche; los días festivos atráigase a los
niños regalándolos y acariciándolos. Y dígaseles francamente
que la otra escuela del maestro malo es la escuela de Satanás.
Un revolucionario célebre, Danton, gritaba sin cesar:
"¡Audacia! ¡Audacia!" Nuestro grito de siempre ha de
ser: ¡Franqueza! ¡Franqueza! ¡Luz! ¡Luz! Nada como esto para
ahuyentar a los avechuchos del infierno, que sólo pueden seducir
a favor de la obscuridad.