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IX De otra distinción importante, o sea del Liberalismo práctico y del Liberalismo especulativo o doctrinal.
Enséñase en filosofía y en teología,
que hay dos clases de ateísmo: uno doctrinal y especulativo, y
otro práctico. Consiste el primero en negar franca y
redondamente la existencia de Dios, pretendiendo anular o
desconocer las pruebas irrefutables en que se funda. Consiste el
segundo en vivir y obrar sin negar la existencia de Dios, pero
como si Dios realmente no existiese. los primeros se llaman ateos
teóricos o doctrinales; los segundos, ateos prácticos, y son
los que abundan más.
Lo propio acontece con el Liberalismo y con los liberales. Hay
liberales teóricos y liberales prácticos. los primeros son los
dogmatizadores de la secta: filósofos, catedráticos, diputados
o periodistas, que enseñan en sus libros, discursos o artículos
el Liberalismo; que defienden tal doctrina con argumentos y
autoridades y con arreglo a un criterio racionalista, en
oposición embozada o manifiesta con el criterio de la divina y
sobrenatural revelación de Jesucristo.
Los liberales prácticos son la mayoría del grupo, los borregos
de él, que creen a pie juntillas lo que les dicen sus maestros,
o que sin creerlo siguen dóciles a quien los lleva, y siempre
ajustados a su compás. Nada saben de principios ni de sistemas,
y hasta quizá los detestarían si conocieran toda su deformidad;
sin embargo, son las manos que obran, así como los teóricos son
las cabezas que dirigen. Sin ellos no saldría el Liberalismo del
recinto de las academias; ellos son los que le dan vida y
movimiento exterior. Pagan el periódico liberal; votan el
candidato liberal; apoyan las situaciones liberales, y vitorean a
sus personajes y celebran sus fechas y aniversarios. Son la
materia prima del Liberalismo, dispuesta a recibir cualquier
forma y a servir siempre para cualquier barbaridad. Muchos de
ellos iban a Misa y mataron a los frailes; más tarde asistían a
novenas y daban carrera eclesiástica a sus hijos, y compraban
fincas de la desamortización; hoy día rezan tal vez el Rosario
y votan al diputado librecultista. Hanse formado una como cierta
ley de vivir con el siglo, y creen (o quieren creer) que se va
bien así. ¿Les exime esto de responsabilidad o culpa delante de
Dios? No, por cierto, como veremos después.
Liberales prácticos son también los que rehuyendo explanar la
teoría liberal, que saben está ya desacreditada para ciertos
entendimientos, procuran, no obstante, sostenerla en el
procedimiento práctico de todos los días, escribiendo y
perorando a lo liberal. Proponiendo y eligiendo candidatos
liberales; elogiando y recomendando sus libros y personas;
juzgando siempre de los sucesos con el criterio liberal;
manifestando siempre odio tenaz a todo lo que tienda a
desacreditar o menospreciar su querido Liberalismo. Tal es la
conducta de muchos periodistas prudentes, a quienes difícilmente
se encontrará en delito de formular proposiciones concretamente
liberales, pero que, sin embargo, en todo lo que dicen y en todo
lo que callan no dejan de hacer la maldita propaganda sectaria.
Es éste de todos los reptiles liberales el más venenoso.