|
LA CONQUISTA COMO EVANGELIZACION
No se puede volver a los ojos a
los orígenes de América sin tropezar con el pergamino de las
Bulas Pontificias promulgadas por Alejandro VI, ,por las que
aquel Papa donaba las tierras descubiertas y por descubrir, al
tiempo que las demarcaba con precisión. Es que tras la noticia
del Descubrimiento, los Reyes Católicos se habían dirigido al
Papa con el objeto de plantearle sus dudas morales acerca de sus
derechos para ejercer soberanía sobre las tierras recién
descubiertas. En carta al Papa le habían solicitado la
concesión de dicha soberanía dándole un motivo esencial que el
Papa haría suyo como razón principal de dicha donación, a
saber, la tarea de la evanelizaci6n de las tierras descubiertas y
por descubrir.
En la "Inter Caetera", del 4 de mayo de 1493, señala
el Papa que los dos caracteres propios de la gran empresa son:
ante todo, la continuidad natural con la cruzada de la
Reconquista española concluida con la toma de Granada y de la
cual Colón había sido testigo; además el carácter misional
que asume la persona del Almirante. Respecto de lo primero, dice
el Papa "no dudo en concederos... aquello con lo cual
podáis, con ánimo cada día más fervoroso, proseguir tal
propósito... para honra del mismo Dios y extensión del imperio
Cristiano". Respecto del Descubridor, "destinareis al
caro hijo Cristóbal Colón varón por todos conceptos merecedor
y el más recomendable y apto para tamaña empresa (para que)
buscara cuidadosamente, por el mar donde hasta ahora no se había
navegado, tierras firmes e islas remotas y desconocidas. Como se
ve, tanto el espíritu de la reconquista de España para Cristo
como la misionalidad de Colón, conllevan el mandato de la
evangelización, a la que los Reyes Católicos están obligados
Precisamente en cuanto católicos; por eso les dice que
"tratéis de proseguir y asumir, en todo y por todo,
semejante empresa, con ánimo impulsado por la fe ortodoxa, como
a que queráis y debáis conducir a los pueblos que habitan tales
islas y tierras a recibir la religión cristiana". Así
comprobamos que en aquel "ir hacía", donde comienza el
des cubrimiento Progresivo, se unen el impulso de la Reconquista,
la extensión del imperio cristiano y la obligatoriedad de la
evangelización.
Los Reyes Católicos se habían comprometido a la evangelización
de los indios. Pero tenían plena conciencia de los obstáculos.
Por eso, ocho años después de las instrucciones a Colón, y
cuando éste ya habla sido despojado de todo poder de gobierno,
las instrucciones al Gobernador Ovando (1501) recogen las
experiencias, algunas muy amargas, y tratan de controlar el
comportamiento de los españoles. Dada la necesidad de
supervivencia, reconocen y permiten el trabajo obligatorio de los
indios, pagando el salario justo; pero, ante todo, reafirma que
" Nos deseamos que los indios se conviertan a nuestra santa
fe católica y sus ánimas se salven, porque este es el mayor
bien que les podemos desear, para lo Cual es menester que sean
informados en las cosas de nuestra fe, para que vengan a
conocimiento de ella; tendréis mucho cuidado de procurar, sin
les hacer fuerza alguna, cómo los religiosos que allá están
los informen y amonesten para ello con mucho amor, de manera que
lo más presto que se pueda se conviertan ... "
(Tal fue la respuesta del Papa a las dudas morales que los Reyes
Católicos le habían planteado acerca de sus derechos) El
problema moral de "los justos títulos" siguió
acuciando la delicada conciencia de los soberanos. El único
título que los Reyes invocan una y otra vez ante el Papa, y el
único que este acepta, es , el declarado propósito
evangelizador. Para quien desconoce las bases religiosas sobre
las que descansaba la conciencia social del medievo, perdurante
en España, la actitud de los Reyes resulta desconcertante, si no
increíble.
Por supuesto que hubo también Intenciones políticas, tanto en
Fernando al pedir las Bulas, como en el Papa al concederlas, pero
no se puede negar que Fernando puso lo mejor de su voluntad para
cumplir el mandato evangelizado de la Conquista, y Alejandro VI,
a pesar de lo turbio de su personalidad, se apasiono sinceramente
por la conquista espiritual del Nuevo Mundo.
Colón por su parte, fue consciente del sentido religioso de su
empresa. En carta a los Reyes les dice: "La sancta Trinidad
movió a Vuestras Altezas a esta empresa de las Indias y por su
infinita bondad hizo a mí mensajero de ellos". Se sabia
"Cristóforo", "el que lleva a Cristo". Desde
el 12 de octubre siente Colón su descubrimiento como una
ampliación del Occidente cristiano. Por eso a las tierras que
descubre, dice, " la primera que yo falle puse nombre Sant
Salvador"; y a la segunda "puse Santa María de
Concepción". Estaba convencido de que "toda la
cristiandad debe tomar alegría" ya que tantos pueblos
rueden ser incorporados " a nuestra sancta fe".
Los Reyes Católicos ,fueron fieles a su designio. "Nuestra
principal intención - dejó dicho Isabel en su testamento - fue,
al tiempo que le suplicamos al ,Papa Alejandro VI, de buena
memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y
traer los pueblos de ellas, y los convertir a nuestra Santa Fe
Católica, y enviar a las dichas Islas y tierras firmes, prelados
y religiosos, clérigos y otras personas devotas y temerosas de
Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas a la Fe
Católica y los adoctrinar y enseñar buenas costumbres...".
La Reina cierra ese magnífico documento con una súplica a sus
sucesores "que así lo hagan y cumplan, y sea este su
principal fin". No resulta, pues, extraño, que en las
primeras instrucciones dadas a Colón, antes de su segundo viaje,
se lea: "Sus altezas, deseando que nuestra Santa Fe
Católica sea aumentada y acrecentada, me dan y encargan al
Almirante Cristóbal Colón que por todas las vías y maneras que
pudiere procure e trabaje a trae a los moradores de las dichas
islas y tierra firme a que se conviertan a nuestra Santa Fe
Católica, y para ayuda a ello Sus Altezas envían allí el
devoto padre Fray Buil juntamente con otros religioso que dicho
Almirante consigo ha de llevar..." Podemos así afirmar que
fue el afán de conversión el que inspiró Principalmente a la
España idealista y heroica a la conquista de América, entrando
en la empresa el misticismo como elemento histórico fundacional.
Los Reyes que así hablaban se encuentran, para gloria nuestra,
en las primeras páginas de la historia de América, suplicando a
sus sucesores que cumplieran su intento como "principal
fin" de la Conquista y población de nuestras tierras.
Es cierto que en América encontraron cierto eco desde el
comienzo, como "semillas del Verbo" (Logos
spermatikós). Cada cultura se mueve hacia Dios, en cierta
manera. Y así hubo en algunos indígenas cierto conocimiento de
Dios y de verdades naturales que Podrían conducirlos a la
salvación, esbozos de la idea de un Dios uno, de la
sobrevivencia allende la muerte, Semillas de verdad. Pero al
mismo tiempo, grandes obstáculos como la idolatría, el
politeísmo, la magia, etc. Es preciso liberarlos de esos
obstáculos mediante la evangelización. Los habitantes del Nuevo
Mundo debían ser "nuevas criaturas", exorcizadas y
bautizadas.
Pues bien, como ordenó Fernando en 1511: "Mandamos, y
cuanto podemos encargamos a los de nuestro Consejo de Indias, que
pospuesto todo otro respeto de aprovechamiento, e interese
nuestro, tengan por principal cuidado las cosas de la Conversión
y Doctrina ... ". El principal cuidado del descubrimiento,
la exploración y la conquista, que deja en segundo plano otros
fines perfectamente lícitos ,siempre que no se transformen en
absolutamente primeros y estén subordinados al fin principal,
constituyó como el humus del cual surgieron dos tipos humanos en
cierto modo irrepetibles: el conquistador y el misionero. Entre
los primeros Hernán Cortes, y Pizarro, don Pedro de Mendoza en
Argentina, que recibió instrucciones de Carlos V en 1534 de
llevar consigo a religiosos, y de que no haya de ejecutar acción
alguna de trascendencia sin la previa aprobación de los mismos.
Así se pasó del logos sparmatikós (semillas del verbo) al
logos pantós (la plenitud católica de la verdad)
Como resulta obvio, el propósito esencial de la Conquista no se
hubiera
alcanzado sin una verdadera compenetración de los dos poderes,
el temporal y el espiritual, simbiosis que no conoce mejor
ejemplo en la historia. "El militar español en América -
escribe Ramiro de Maeztu - tenía conciencia de que su función
esencial e importante, era primera solamente en el orden del
tiempo, pero que la acción fundamental era la del misionero que
catequizaba a los indios. De otra parte, el misionero sabía que
el soldado y el virrey y el oidor y el alto funcionario, no
perseguían otros fines que los que el mismo buscaba".
Esto diferencia sustancialmente la evangelización de América de
otras evangelizaciones. Francisco Javier, por ejemplo, misionero
sin duda eximio, predicó incansablemente en la India, campanilla
en mano, enseñando la doctrina y los mandamientos en los idiomas
indígenas, trabajosamente aprendidos. Pero a su labor misionera
le faltó el apoyo de un Gobierno como el español, el apoyo del
poder temporal. Resulta una constante histórica que solo en
aquellas regiones donde la evangelización se realizó con la
colaboración de los dos poderes, o mejor, del poder temporal y
de la autoridad espiritual, sólo allí hubo cristiandades, es
decir, pueblos cristianos, como en Filipinas, única nación del
Oriente plenamente evangelizada. En su magnífica obra
"Política Indiana", su autor, Solórzano Pereira,
comienza la parte que dedica a las cosas eclesiásticas y al
Patronato con esta tajante afirmación: "La conservación y
el aumento de la fe es el fundamento de la monarquía. El
espectáculo de una Corona al servicio de una misión tan
elevada, no dejó de entusiasmar al erudito escritor: "Si,
según sentencia de Aristóteles solo al hablar o descubrir
algún arte, ya liberal o mecánica, o alguna piedra, planta y
otra cosa, que puede ser de uso y servicio a los hombres, les
debe granjear alabanza, ¿,de qué gloria no serán dignos los
que han descubierto un mundo en que se hallan y encierran tan
innumerables grandezas? Y no es menos, estimable el beneficio de
este mismo descubrimiento habido respecto al propio mundo nuevo
sino antes de mucho mayores ,pues además de la luz de la fe que
dimos a sus habitantes, de que luego diré, les hemos puesto en
vida sociable y política, desterrando su barbarismo, trocando en
humana,- sus costumbre.- ferinas y comunicándoles tantas cosas
tan provechosas y necesarias como se les han llevado de nuestro
orbe, Y enseñándolos la verdadera cultura de la tierra,
edificar casas, juntarse en pueblos, leer escribir y otras muchas
artes de que entes totalmente estaban ajenos".
La España de la conquista fue un pueblo en misión. Toda España
fue evangelizadora en el siglo XVI, lo mismo los reyes que los
prelados y soldados, todos los Españoles del siglo XVI parecen
misioneros.*
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.